PALABRAS AL VIENTO
Comenzó a escribir cuando sus historias ya no le cabían en la mente, y para no relegarlas al olvido pensó plasmar de alguna manera sus vivencias, que a sus años no eran pocas.
No tenia hijos, no aun, no que el supiera, si bien era uno de sus anhelos nunca tubo prisa en ese aspecto, por tanto no tenia a quien heredar el conocimiento adquirido en su senda recorrida, sus amistades estaban inmersas, algunos en sus familiares, otros con las ilusiones propias del enamoramiento, y desde luego entre sus allegados no faltó quien padecía las desilusiones producto del sentimiento opuesto, así que, no había quien le escuchase, por tanto decidió sumarse al club de gente que proyecta su vida, haciendo una mezcla entre realidad y fantasía; unirse a ese grupo que brinda sus puntos de vista y su experiencia, a quien se tome la molestia de dedicar unos minutos a las lecturas que no detallan de política, de religión, y que tampoco constituyen esos instructivos largos y explicativos, ni a las recetas.
Eran tantas sus vivencias, cada una con sus particularidades, como suelen ser las cosas que les ocurren a las personas que se esmeran por disfrutar su existencia, porque ellas son las que pueden ver y degustar las situaciones que atraviesan.
Así que, se sentó a escribir; bajo el efecto de un café, con la influencia de algunos escritores y acompañado de la música que los recuerdos le traían a su mente, la música que le acompaño a lo largo de cada etapa que cruzo, no soñó con ser escritor de renombre o reconocido, no ambicionó más que poder compartir, y externar su sentir, su vivir.
Así pasaron los días, escribiendo cada que sentía necesidad de que alguien le escuchase, algunas veces comenzaba un escrito, que abandonaba a los pocos minutos por no tener la precisión de las palabras para hacerse entender: historias fueron y vinieron a diario, algunas tuvo tiempo de escribirlas, otras las dejo, para que alguien más versara sobre ellas. Imagino, adapto, conjunto realidad con fantasía, y descubrió que cada lector cometería un error de interpretación, porque cada quien adapta las historias a sus vivencias, a sus situaciones, a sus anhelos. Así que decidió no especificar, se limito a escribir, para el sentirse a gusto, sabía bien que dentro de si él conocería la esencia de cada historia, que de ella era cierto y que no.
Porque finalmente, cada quien tiene su realidad entremezclada con su fantasía.
No tenia hijos, no aun, no que el supiera, si bien era uno de sus anhelos nunca tubo prisa en ese aspecto, por tanto no tenia a quien heredar el conocimiento adquirido en su senda recorrida, sus amistades estaban inmersas, algunos en sus familiares, otros con las ilusiones propias del enamoramiento, y desde luego entre sus allegados no faltó quien padecía las desilusiones producto del sentimiento opuesto, así que, no había quien le escuchase, por tanto decidió sumarse al club de gente que proyecta su vida, haciendo una mezcla entre realidad y fantasía; unirse a ese grupo que brinda sus puntos de vista y su experiencia, a quien se tome la molestia de dedicar unos minutos a las lecturas que no detallan de política, de religión, y que tampoco constituyen esos instructivos largos y explicativos, ni a las recetas.
Eran tantas sus vivencias, cada una con sus particularidades, como suelen ser las cosas que les ocurren a las personas que se esmeran por disfrutar su existencia, porque ellas son las que pueden ver y degustar las situaciones que atraviesan.
Así que, se sentó a escribir; bajo el efecto de un café, con la influencia de algunos escritores y acompañado de la música que los recuerdos le traían a su mente, la música que le acompaño a lo largo de cada etapa que cruzo, no soñó con ser escritor de renombre o reconocido, no ambicionó más que poder compartir, y externar su sentir, su vivir.
Así pasaron los días, escribiendo cada que sentía necesidad de que alguien le escuchase, algunas veces comenzaba un escrito, que abandonaba a los pocos minutos por no tener la precisión de las palabras para hacerse entender: historias fueron y vinieron a diario, algunas tuvo tiempo de escribirlas, otras las dejo, para que alguien más versara sobre ellas. Imagino, adapto, conjunto realidad con fantasía, y descubrió que cada lector cometería un error de interpretación, porque cada quien adapta las historias a sus vivencias, a sus situaciones, a sus anhelos. Así que decidió no especificar, se limito a escribir, para el sentirse a gusto, sabía bien que dentro de si él conocería la esencia de cada historia, que de ella era cierto y que no.
Porque finalmente, cada quien tiene su realidad entremezclada con su fantasía.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarorale q bien. saludos zith :)
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